Decidir crecer profesionalmente puede sentirse como lanzarse a una piscina fría: sabes que va a despertar algo nuevo, aunque no sepas exactamente qué. En la actualidad, decidir entre upskilling y reskilling representa justo ese salto que puede cambiar el rumbo de tu carrera.
Ante tantos cambios en demandas laborales y tecnologías, la pregunta deja de ser si debemos mejorar, y pasa a ser cuál es el siguiente paso concreto. El dilema entre upskilling y reskilling plantea dónde vale invertir tiempo y energías para ver resultados tangibles en tu puesto actual o en un rol totalmente distinto.
En este artículo descubrirás caminos claros para elegir entre upskilling y reskilling, lo que cada uno aporta y, lo más importante, cómo definir cuál te conviene. Avanzar no es sólo una decisión: es una estrategia consciente. Te invitamos a explorar el enfoque más útil para tu momento profesional.
Ajustar tu rumbo: eligiendo entre upskilling y reskilling según tu objetivo
Poner nombre a lo que buscas es el primer paso para no perder tiempo. El objetivo es claro: saber cuándo apostar por upskilling o cuándo inclinar la balanza por reskilling te ahorra energía y, sobre todo, frustraciones.
Medita tu meta profesional antes de elegir. Por ejemplo, si dices: “Quiero ascender de supervisor a gerente”, tal vez upskilling encaje; si piensas “necesito cambiar de sector”, probablemente reskilling sea la clave.
Reconocer el momento perfecto para upskilling
Si te sientes cómodo en el sector, pero notas que algunos compañeros ya dominan nuevas herramientas o procesos, es hora de plantearte el upskilling. Observa quiénes reciben proyectos interesantes: suelen ser personas con habilidades frescas y actualizadas.
A nadie le gusta ver pasar oportunidades por falta de conocimientos nuevos. Actualizar saberes, como aprender a usar un programa de gestión o mejorar la comunicación digital, sella tu lugar en la mesa de decisiones. Una frase útil: “Ya domino lo básico, me falta ese plus técnico que el mercado pide”.
Un ejemplo cotidiano: Ana, analista de datos, nota que quienes manejan Python obtienen promociones. Decide aprenderlo y, meses después, la llaman para liderar un equipo.
Detectar cuándo reskilling es el mejor aliado
El reskilling tiene su espacio cuando tu entorno se transforma radicalmente o buscas ese giro profesional a otra área. Si pronuncias: “Mi sector parece estancado y quiero reinventarme”, ése es el mensaje de partida.
Reconocerlo puede asustar, pero también empodera: aprender a desarrollar sitios web, si vienes de finanzas, es reskilling y habilita un itinerario totalmente nuevo. Sé honesto con tus aptitudes actuales y abierto a habilidades transferibles para no comenzar desde cero absoluto.
Pensar en reskilling se parece a preparar una mudanza: lo importante es saber qué habilidades llevarás y cuáles debes dejar atrás para no cargar peso innecesario.
| Situación | Qué se recomienda | Ejemplo concreto | ¿Qué hacer ahora? |
|---|---|---|---|
| Quiero avanzar en el mismo puesto | Upskilling | Aprender nuevas metodologías ágiles | Buscar cursos cortos y mentoría interna |
| Me interesa cambiar de sector | Reskilling | Pasar de marketing a programación | Explorar bootcamps o microcredenciales |
| La empresa cambia tecnologías | Upskilling | Formación en la nueva herramienta CRM | Pedir participación en capacitaciones internas |
| Aumento de tareas automatizadas | Reskilling | Aprender análisis de datos si tu tarea se digitaliza | Guiarse por plataformas online específicas |
| Objetivo: liderazgo | Upskilling | Desarrollar habilidades directivas | Practicar con proyectos grupales y feedback |
Plan de acción inmediato: pasos sólidos para avanzar hoy
Cambiar el rumbo profesional necesita más que buenas intenciones. Con un plan concreto, puedes empezar hoy mismo a combinar upskilling y reskilling para avanzar de forma segura y eficiente.
Dividir el proyecto profesional en pequeños pasos marca la diferencia. Plantéate un periodo de 30 días para detectar carencias, buscar recursos fiables y establecer contactos.
Organiza tu aprendizaje según tu disponibilidad
Realiza un diagnóstico sincero de tu agenda y energía. Designa franjas horarias específicas: lunes y miércoles media hora para upskilling, por ejemplo. Compartir este horario con colegas o familiares refuerza tu compromiso.
Evita procrastinar: coloca alertas en el móvil y sujeta tus metas a fechas cerradas. De esta forma, cada semana verás progreso tangible, por pequeño que sea.
- Define tu meta profesional explícita: “Quiero aplicar a nuevos empleos en tres meses” ayuda a enfocar esfuerzos y filtrar recursos relevantes de upskilling y reskilling.
- Lleva registro de los cursos realizados: un simple documento en la nube o libreta física puede ser motivo de orgullo y refuerzo de motivación día tras día.
- Solicita feedback temprano: pregunta a colegas o jefes, “¿Ves alguna habilidad que deba mejorar?” y utiliza esa crítica para elegir cursos y certificaciones útiles.
- Integra el aprendizaje en rutinas: escuchar podcasts temáticos mientras caminas, o practicar ejercicios de programación cada mañana, convierte el avance en hábito automático.
- Desglosa metas en tareas semanales: aprende un módulo específico o termina una lección por semana en vez de apuntar a dominar el temario completo de golpe.
Comprobar avances te mantiene motivado y reduce la sensación de estancamiento. En poco tiempo, verás que el crecimiento es fruto de pasos pequeños y consistentes.
Selecciona recursos confiables y relevantes
Evalúa la calidad de los cursos antes de invertir tiempo. Fíjate en la experiencia de los tutores, valoraciones de exalumnos y si el temario está actualizado. No te dejes llevar solo por lo llamativo del título.
Pregunta “¿Cuál es la aplicación práctica inmediata?” antes de inscribirte. Si un recurso ofrece ejercicios reales, casos de estudio o tutoría personalizada, suele ser una apuesta más útil para tu trayecto de upskilling y reskilling.
- Prioriza microcursos de máximo 8 horas si tienes poco tiempo; permiten aprender de forma rápida sin saturarte con teoría innecesaria y ver resultados en días.
- Únete a grupos de estudio; compartir dudas permite acelerar el aprendizaje y conocer matices útiles para aplicar las nuevas habilidades con confianza.
- Haz tests gratuitos previos; comprobar tu nivel te ayuda a elegir el punto de inicio correcto y no perder tiempo con contenidos demasiado básicos o avanzados.
- Pide recomendaciones a alumni; quienes ya han pasado por el proceso pueden decirte qué curso valió la pena o no y qué errores evitar desde el principio.
- Consulta plataformas oficiales; empresas reconocidas o cámaras sectoriales actualizan sus programas en función de lo que el empleo realmente demanda.
Estudiar a partir de ejemplos concretos dinamiza el proceso y te lleva más rápido de la teoría a la práctica. Apuesta por lo aplicable y medible.
Identificar competencias transferibles en etapas de transición
Saber cuándo podrías reutilizar habilidades previas cambia el juego en cualquier plan de upskilling y reskilling. Reconocer competencias transferibles ayuda a evitar empezar desde cero absoluto y permite ganar confianza en nuevos entornos.
El mapa de habilidades ocultas
Haz una lista de las tareas que dominas y elige tres que puedas adaptar a otro rol. Por ejemplo: “Gestionar proyectos pequeños” puede evolucionar a “liderar equipos en TI”.
Imagina que presentas tu perfil a alguien que no conoce tu antiguo trabajo: describe logros con verbo de acción y aplicaciones directas (“Resolví incidencias”)/ Lo tangible facilita identificar competencias transversales.
Busca patrones o procesos repetidos: si sabes organizar calendarios o clientes, esa estructura mental es útil en ventas, logística o recursos humanos. La transferencia está en la metodología, no solo el tema.
Marcar diferencias entre lo técnico y lo social
Las habilidades duras, como manejar ERP o Excel avanzado, suelen necesitar poco ajuste en un cambio de área tecnológica. En cambio, las blandas (negociación, escucha activa) abren puertas en cualquier sector.
Ejemplo concreto: un ingeniero con habilidades de presentación pública puede triunfar en formación de equipos. El acento debe ponerse en cómo relacionar habilidades blandas con el nuevo rol objetivo.
Crea una matriz: para cada habilidad técnica, suma una blanda complementaria. Explica en una frase cómo usarías ambas en la nueva posición; esto es útil en entrevistas y currículum.
Trazar una hoja de ruta flexible: modelos y ejemplos realistas para avanzar
Asentar expectativas realistas ayuda a mantener el compromiso con upskilling y reskilling. Adaptar la estrategia según el contexto permite avanzar incluso cuando cambian las circunstancias o surgen interrupciones inesperadas.
Cambiar de rumbo sin perder lo ganado previamente
Una estrategia útil consiste en mantener roles temporales o proyectos laterales mientras te capacitas. Esto permite probar las nuevas habilidades en espacios seguros sin arriesgar tu estabilidad financiera.
Pide colaborar en proyectos interdepartamentales e incluye tus nuevas habilidades en informes o reuniones pequeñas. Así tu entorno visualizará tu desarrollo y podrás recibir retroalimentación en tiempo real.
Este método reduce el miedo al cambio brusco. Por ejemplo, tomar prácticas de programación mientras sigues en atención al cliente puede ser la transición perfecta si buscas un reskilling gradual.
Medir avance para ajustar la estrategia
Lleva un registro semanal de logros concretos y obstáculos. Anota frases como “Hoy presenté un informe usando técnicas aprendidas esta semana” para identificar rápido tu ritmo de avance.
Si una ruta agota demasiado o no muestra frutos, prueba reducir el volumen de contenido y aumentar la práctica. Investiga nuevas fuentes hasta encontrar el equilibrio que equilibre energía y progreso.
Cuando sientas estancamiento, participa en foros temáticos para recabar ideas frescas o perspectivas de quienes atravesaron procesos similares. Sus tácticas pueden inspirar transformaciones prácticas.
Apostar por el cambio: perspectiva final sobre avanzar con upskilling y reskilling
Este viaje implica mucho más que aprender temas nuevos: involucra decidir, priorizar y medir cada paso en el proceso de upskilling y reskilling. Elegir con intención permite aprovechar al máximo el esfuerzo invertido.
Ya sea para avanzar al siguiente nivel en tu área o saltar a un rol diferente, la combinación de upskilling y reskilling fortalece tu perfil e incrementa tus posibilidades de éxito real.
Avanzar es aceptar el cambio como parte de tu crecimiento profesional. Dale protagonismo a tu proceso y recuerda: cada paso bien dado suma, y un pequeño ajuste hoy abre grandes puertas mañana.


